sábado, 30 de junio de 2012

El Autódromo Abandonado de SITGES, Barcelona

 El circuito de Terramar está situado en la localidad barcelonesa de Sitges y tiene el honor de ser el primer trazado permanente de España y el segundo de toda Europa. Y decimos que “está” porque aún sigue existiendo, aunque se encuentra completamente abandonado pese a formar parte de uno de los hitos del automovilismo en nuestro país.

Antes de su inauguración en 1923, las competiciones automovilísticas se hacían en carreteras abiertas al tráfico. Sólo un año se tardó en construir el autódromo de Terramar, un circuito oval con una pista de 20 metros de anchura y cuyo principal atractivo eran los acusados peraltes de las curvas. Allí se celebró allí el Gran Premio de España de 1923, una carrera que fue un éxito y también el principio del fin del efímero circuito.
 La construcción del autódromo de Sitges había costado cuatro millones de pesetas y aún había importantes deudas con la empresa constructora. Esto hizo que la recaudación de aquella carrera fuera a manos de los constructores, haciendo imposible pagar los premios de los pilotos ganadores. Por este motivo, la AIACR (Association Internationale des Automobile Clubs Reconnus), que era en aquellos días lo que conocemos hoy como la FIA (Federation Internationale de l’Automobile), sancionó al circuito con la prohibición de celebrar más carreras importantes.

Además, por aquella época los coches de competición fueron aumentando su potencia rápidamente por lo que el autódromo de Sitges, de tan sólo dos kilómetros de longitud, enseguida se quedó pequeño. Como no iban grandes pilotos tampoco iba mucho público así que Terramar comenzó su debacle.
 En los años 30 el circuito fue comprado por Edgar Morowitz, que trató de recuperar el trazado consiguiendo incluso organizar carreras de motos del Campeonato de España. Sin embargo, nunca obtuvo beneficios de estas carreras y el circuito fue pasando por varios dueños y, aunque acogió alguna competición menor en los años 50, los problemas económicos acabaron con el autódromo y hoy día está olvidado en medio de un campo. Su actual dueño no quiere vender el terreno y si estás pensando en ir a echarle un vistazo te avisamos de que no le gustan mucho las visitas, aunque algunos aficionados que conocen su ubicación se arriesgan de vez en cuando a realizar una visita a escondidas.











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