sábado, 19 de marzo de 2011

Kowloon la Ciudad Fantasma de Hong Kong

La Ciudad Amurallada de Kowloon fue una anomalía política de la historia colonial de Hong Kong. Un pequeño exclave chino ubicado en el Hong Kong británico. Se caracterizó por lo curioso de su existencia hasta su demolición en 1993.

El establecimiento se remonta a la dinastía Song, cuando fue utilizado como puesto de vigilancia contra los piratas que en la zona amenazaban el comercio de sal. Situada en la península de Kowloon, junto a la isla de Hong Kong, fue reconstruido a mediados del siglo XIX como fortaleza. Tras la cesión de Hong Kong al Imperio británico en 1842, las autoridades chinas establecieron, en la Ciudad Amurallada, un punto de control para supervisar la actividad de la zona. El convenio para la anexión de nuevos territorios (1898) a favor de Gran Bretaña excluía a la Ciudad Amurallada, lo que permitió a China mantener sus tropas en el lugar, en cuanto no entorpeciese la actividad británica. La 
Sin embargo, un año después Gran Bretaña se arrepentiría y de forma no oficial, decidió acabar con el emplazamiento militar. La cuestión es que Kowloon permaneció en un limbo legal, fuera de la ley británica pero en el corazón de la colonia. Su desarrollo como vecindario típicamente chino no representaba ningún peligro y fue precisamente esa la clave de su progresivo crecimiento en población. población era tan sólo de 700 personas. 
 Durante su existencia fue una tierra de nadie, hecho que fue aprovechado por las triadas y otros delincuentes para convertirlo en una especie de ciudad sin ley, los cuales controlaban los negocios ilegales. Este dominio de las triadas duró hasta los años 70, cuando la policía de la colonia llevó a cabo una serie de redadas. Al debilitarse el poder de la triadas la ciudad empezó a desarrollarse de manera descontrolada, y los edificios empezaron a crecer añadiendo pisos a los ya existentes.
Pese a ser considerada por muchos un lugar de crimen y perdición. También fue un ejemplo de organización social de manera anárquica, sin policías ni autoridad ni leyes. La mayor gente de su población, que llegó a alcanzar los 30,000 habitantes no eran delincuentes. E incluso había negocios y pequeñas fábricas algunas legales y otras dedicadas a la falsificación en su interior.

 Desde el punto de vista urbanístico y arquitectónico también se trató de una ciudad anárquica. Los edificios se erigían encima de las azoteas de los ya existentes, aquí tampoco había ni arquitectos ni ingenieros que controlaran nada. A medida que la ciudad crecía las calles de estrechaban y era cada vez más un laberinto de callejones obscuros de menos de 1 metro de ancho, algunos eran antiguas calles a nivel de suelo y otros corredores que penetraban entre los pisos superiores de los bloques, normalmente llenos de basura, marañas de cables y tuberías colgando.
La luz no llegaba casi a entrar, de ahí le venía el nombre de Ciudad de la Obscuridad, los únicos privilegiados eran los habitantes de los pisos superiores y fachadas. La iluminación era a base de fluorescentes.
La fundación de la República Popular China en 1949 significó para Kowloon la llegada de cientos de refugiados (en sus apenas 100 m. x 200 m. de superficie). Un inframundo insalubre y corrupto dentro del paraíso incipiente de Hong Kong. Entre tanto, la única ley que imperaba en el interior era la del Sindicato del Crimen de Hong Kong y las diferentes y violentas mafias que controlaban cada una de las actividades ilegales. 


 La ciudad crecía sin control. Nuevos edificios se erigían encima de las azoteas de los antiguos. Sin arquitectos, sin ingenieros, simplemente apoyándose en el edificio colindante. Las calles se estrechaban a medida que la ciudad crecía. Era imposible encontrar entre el laberinto de corredores oscuros una calle que midiera más de 1 metro de ancho. Su apelativo, Ciudad de la Oscuridad, proviene del hecho de que la luz natural constituía un auténtico privilegio del que gozaban tan sólo los habitantes de las fachadas y de la azotea. La iluminación era a base de flourescentes. 
Las únicas dos normas de construcción eran: que la instalación eléctrica estuviera descubierta para poder abordarla en caso de incendio; y no sobrepasar las 14 alturas, dado que los aviones que despegaban del aeropuerto pasaban sobre las azoteas en vuelo rasante. En cuanto al suministro de agua, ocho puntos de agua proveían de agua la totalidad de la población, cortesía de las autoridades de Hong Kong. A comienzo de los '80, la población se estimaba en más de 35.000 habitantes. La ciudad sin ley era conocida por sus excesos, sus fumaderos de opio, sus traficantes de cocaína, sus casinos, los puestos de comida en los que se servía carne de perro y las fabricas secretas de falsificaciones diversas. Curiosamente, Kowloon era famosa también por la cantidad de dentistas que allí desarrollan su actividad, de forma inimaginablemente antihigiénica.  

 Evacuación y demolición 
Con el paso del tiempo tanto las autoridades británicas como las chinas llegaron al consenso de calificar como realmente intolerable la situación en el recinto debido a los alarmantes índices de delito y a las condiciones de vida, en concreto las sanitarias. En 1987 se firma el acuerdo de demolición.
En 1991 comienza el desalojo de la antigua ciudad amurallada, que no concluiría hasta 1993 no sin la oposición de habitantes y comerciantes que consideraban insignificantes las indemnizaciones y ayudas que recibieron. Kowloon había alcanzado una población superior a los 50.000 habitantes, malviviendo en sus escasos 0,026 km², ostentando el triste récord de tener la mayor densidad de población del planeta con 1.900.000 habitantes por km²  



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