El gobierno de Japón inauguró en el año 1997, cerca de Kawaguchi-machi, en la prefectura de Yamanashi, un parque temático conocido como Gulliver’s Kingdom.
Empezó con buena mano y con mucha publicidad de por medio, pero fue una demostración de la poca visión que el gobierno japonés de los 90 tenía sobre las manos, y que terminó cerrando. Se le consideró un elefante blanco, y no logró su papel de impulsar la economía del país, por mucho que el Niigata Chuo Bank lo apoyara.
Este banco, que acabó en una situación desastrosa, también se vio obligada a quitarse de encima los negocios que no resultan rentables ni exitosos. El Gulliver’s Kingdom fue uno de ellos.
Tras su apertura en 1997, en octubre del año 2001 cerró sus puertas y nadie volvió a visitarlo de manera oficial, aunque su gigante representación de Gulliver prevaleció. Y había algunos ingredientes que, contra todo pronóstico, lo hacían interesante. Por ejemplo, estaba situado en la aldea Kamikuishiki, a los pies del monte Fuji.
Dado que alrededor de 25 millones de turistas visitan el Monte Fuji todos los años, ¿por qué el parque Gulliver’s Kingdom no debería haber tenido éxito?. Había sus motivos. Por ejemplo, que cerca del parque de atracciones se encuentre un bosque terrorífico, el que está considerado como sexto lugar más habitual para los suicidios japoneses.
Además, de la aldea cercana salieron los responsables del terrible ataque en el metro de Tokyo con gas que plantó el terror entre los nipones. Con el tiempo, el Gulliver’s Kingdom ha pasado al olvido.
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