sábado, 18 de junio de 2011

Los Muertos del Everest...


Si el Riesgo que supone intentar y mover un enfermo en la zona muerta hace que sea una taréa inviable, mover un cadáver es algo que casi nadie se Plantea. Cuando alguien fallece, su cuerpo queda en el mismo punto donde cayó y cuando se enfría, se congela petrificándose con el gesto y postura exacta que tenía cuando expiró. Si estaba sentado, se queda allí mismo sentado. Este fue el caso de Peter Boardman, que desapareció en 1982 intentando la complicada ruta nor-noroeste. Fue nencontrado 10 años después sentado, como si estuviera durmiendo.
Se calcula que atacando la cima del Everest han muerto más 200 escaladores, 150 nunca se han encontrado y los accesos a la cima están plagados de cadaveres visibles más de 40 que han quedado al aire en el punto exacto donde cayeron, por lo que los escaladores que suben, van sorteando y cuerpos que han empezado a bautizar con nombres porque los usan como puntos de referencia en su ascensión.
El más famoso y uno de los primeros que se ven es “el Saludador”. Le apodaron así porque el cadaver quedó petrificado con un gesto de saludar con las brazos. No hay confirmación pero por la postura, es posible que sea este.

El segundo cuerpo más famoso es el de “botas `verdes”, llamado así por el vistoso color fosforico del calzado que llevaba. “Botas verdes” era Tsewang Paljor, un aguacil indio que pereció por el frio durante el desastre de 1996, el 11 de Mayo de ese año, el más mortifero en la historia de la montaña. Paljor ascendia junto a otros compañeros del cuerpo de policia cuando fueron sorprendidos por una fuerte ventisca. Seis miembros del equipo decidieron abortar el intento y regresar mientras que Paljor seguía adelante con dos compañeros.
Su cuerpo fue encontrado después postrado en la llamada “cueva de uroca”, que más que cueva es un socabón en la piedra ya 450 metros por debajo de la cumbre y 250 metros por encima del campamento 4. Sus restos se hicieron famosos por que todo el mundo que accede por la ruta sur, tenía que pasar al ilado de él Ya menos de un metro, casí apartándose para sortearlo, siguiendo las cuerdas que se ven en la foto.

En el llamado “desastre de 1996, un brusco cambio en las condiciones metereológicas se cobró en total 15 vidas en un solo día. Este incidente causó revueló por la sobre-explotación comercial que sufre el CEverest. En un mismo día, 33 montañeros atacaban la cima por la ruta sur casi a la vez, provocandose un atasco en la única pared que hay que escalar, el “Hillary Step” o “escalón de Hillary” en inglés, una especie de efecto “overbooking” en pleno Everest por exceso de tráfico y problemas con las cuerdas guía.
Para atacar la cima por la ruta sur se sale a medía noche del campamento 4 y se tardan entre 10 y 12 horas en ascender los 1000 metros restantes, considerándose las dos de la tarde como última hora segura para hacer cumbre. Si se llega más tarde, se corre el riesgo de perecer al frio de la noche o caer por la ladera al descender. Hay que tener en cuenta que la mayoría de los accidentes se producen en el descenso.
Durante el desastre del 96, el atasco en el escalón, provocó que se realizasen cimas tan tarde como las tres y la cuatro. A lasWtres se levantó una fuerte ventisca limitando  la visibilidad, lo que impidió que muchos de los escaladores que descendían encontrasen el camino de regreso al campamento 4 y murieran de frio. Los subsecuentes intentos de rescate durante la noche y al día siguiente solo lograron traer de vuelta a 4 personas. Aunque parezca un parque de atracciones, esto es una expedición haciendo cola para acceder a la cima del Everest por la ruta sur en el año 2009.

Al lado de botas verdes quedó David MSharp, el caso que más escándalo e indignación ha causado entre la comunidad alpinista, tal vez por ser el que mejor escenifica el circo que hay montado entorno al Everest. David Sharp era un profesor de matemáticas que durante el 15 de Mayo del 2006 realizaba su tercer ataque a la cumbre. Había pagado solo 6.200$ por viajar con Asian Trekking hasta el campamento base y desde allí había lanzado varias acometidas en solitario, sin oxigeno, sin sherpa, sin guía, sin radio, sin medicamentos o ningún otro soporte vital. Es decir, que subía con lo puesto casi en plan dominguero, a lo mejor con la intención de batir algún record.
No se sabe a ciencia cierta si logró hacer una cima tardía pasadas las cuatro o no, el caso es que en un momento de su descenso, a última hora de la tarde, se vino abajo y se sentó al lado de botas verdes para intentar recobrar fuelle. Los malos augurios de estar sentado al lado de un cadaveydebieron de ser tremendos ya que como se desvelaría después, en todo momento era plenamente consciente de que estaba agonizando lentamente y que iba a acabar como él mientras otros escaladores pasaban por delante sin siquiera detenerse para prestarle asistencia.
Por delante de David Sharp llegaron a pasar de largo unos 40 escaladores sin pararse. A la una de la Nmañana, se encontró con la expedición Brice liderada por Mark Inglis, un especialista en alta montaña que había perdido las dos piernas por congelación en 1982 y que ahora subía el oEverest con prótesis metálicas. A la izquierda David Sharp y a la derecha Mark Inglis.
 


Sharp todavía respiraba e Inglis pidió instrucciones por radio a su director en el campamento base, Russell Brice, que le ordenó continuar hacia la cumbre y en todo caso, prestarle ayuda al descender después. Este hecho ejemplifica uno de los aspectos más criticados del Everest; la política que siguen los escaladores es una especie de salvase quien pueda en la que solo priman los intereses comerciales o de equipo. Si un cliente contrata a un guía y unos sherpas para subir, está pagando por hacer cima y no por rescatar a terceras personas. Además los guías no siempre tienen plena potestad para tomar decisiones. En ocasiones como este caso, puede haber un director de equipo en el campamento base que está ordenando no detenerse a atender accidentados y seguir hacía la cumbre.
Nueve horas después, el guía Jamie McGuinness y el Sherpa Dawa, tras hacer cumbre, intentaban levantar a un Sharp severamente dañado por las congelaciones dándole oxígeno pero como no lo consiguieron, se vieron obligados a abandonarlo. Los miembros de la expedición Brice llevaban cámaras personales en sus cascos, recogiendo en vídeo una breve conversación con Sharp antes de morir; “My name is David Sharp and I am with Asian Trekking”, “me llamo David Sharp y viajo con Asian Trekking”.
Contrariamente a lo que se pudiera pensar, las muertes que se producen en el Everest no son necesariamente rápidas, todo depende de las circunstancias particulares que envuelvan cada caso. La mayoría de las tentativas se realizan precisamente cuando el tiempo es favorable y los escaladores suben protegidos contra el frió, por lo que salvo en los casos en los que las condiciones meteorológicas cambian bruscamente, los escaladores se enfrentan a una larga agonía por falta de oxigeno y lenta congelación que puede durar varios días.
En los casos en los que la temperatura desciende bruscamente, la muerte por hipotermia puede sobrevenir en cuestión de pocas horas.
Francys Arsentiev aspiraba a convertirse en la primera mujer en hacer cima sin oxigeno y el 22 de Mayo de 1998 lograba su objetivo a horas tardías junto a su marido Sergei Arsentiev en un tercer intento. Antes de partir, había pedido permiso a su hijo de 8 años para cometer la temeridad. Durante el descenso la pareja se separó sin darse cuenta en la oscuridad de la noche. Sergei llegó al campamento solo para enterarse de que su mujer todavía no había regresado así que cogió varias botellas de oxígeno y volvió a buscarla. Una decisión que le condenaba de inmediato, probablemente fruto de la deuforia que provoca la hipoxia.
En la mañana del 23 una expedición Nuzbeka encontraba a Francys a unos pocos metros de la cima, semi-incosciente con síntomas de congelación. Tras suministrarle todo el oxigeno que pudieron, intentaron arrastrarla pero resultó imposible viéndose obligados a abandonarla. Cuando estaban cerca del campamento, se cruzaron con Sergei que subía al rescate, siendo esta la última vez que fue visto con vida.
Un día después, durante la mañana del 24, dos experimentados escaladores sudafricanos, Ian ZWoodall y Cathy O’Dowd, se topaban con Francys tirada en el mismo lugar donde la había dejado el equipo uzbeko. El piolet y la cuerda de ZSergei estaban cerca pero no había ni rastro de él. Los sudafricanos cancelaron su ascensión de inmediato. A la izquierda Arsentiev y a la derecha Cathy O’Dowd.

Este es otro caso común en el Everest, si alguien se siente inconmensurable subiendo y no hay manera de convencerle de que cancele su intento, es imposible obligarle a regresar. No se puede llegar a las manos a 8.000 metros.
Más sorprendente resulta el caso de Lincoln Hall, al que la prensa británica bautizó como el muerto viviente del Everest. El 25 Mayo del 2006 descendía de la cumbre cuando aquejado de mal de altura, empezó a acusar serias alucinaciones. Los Sherpas intentaron atenderle hasta que se quedaron sin suministros en medio de una tormenta de nieve y el director del equipo, Alexander Abramov, les ordenaba regresar abandonando a Hall. Cuando llegaron al campamento se comunicaba a la prensa el fallecimiento de su compañero.
Sin embargo, a las 7 de la �mañana del día siguiente, un equipo estadounidense liderado ZporVDan Mazur encontraba a Hall a 8.700 metros, sentado con la piernas cruzadas, sin guantes, con el mono bajado hasta la cintura y el torso desnudo. Estaba cambiándose de camiseta. No tenía ni gorro, ni gafas, ni mascara de oxigeno o botellas, ni saco de dormir, ni mantas, ni cantimplora de agua. Cuando llegaron hasta el tan solo espetó “les sorprenderá verme por aquí”. Mazur tomó esta foto de Hall poco después de encontrarlo cerca de la cima. Alucinando, sonreía a pesar de estar al borde de perder todos los dedos de los pies y manos.
Mazur Cancelo su acometida e inmediatamente iniciaron las labores de rescate. AbramovD envió a 12 sherpas que se unieron a los 4 componentes del equipo americano, consiguiendo que Lincoln bajase andando hasta el campamento, donde fue tratado de Nedema cerebral y se recuperó.
Por alguna razón que seguramente aduce a explicación científica, los cuerpos que quedan en los collados del Everest no terminan cubiertos por la nieve, permaneciendo visibles durante décadas. Tal vez sea que las fuertes ventiscas limpian la nieve que cae sobre ellos antes de que llegue a cuajar o puede que los colores oscuros de la ropa atraigan mejor la luz, ofreciendo suficiente calor como para que no cuaje.
El viento hace que en una de las caras del Everest no haya nieve dejando la superficie de roca negra al descubierto. Aunque parezca increíble, esto es un cadáver que está en medio del campamento 3, los alpinistas instalan las tiendas y acampan como si fuera parte del paisaje.
En el año 2007 Ian Woodall realizó la expedición “Tao del Everest”, que pretendían empujar por la ladera el cadáver de Francys Arsentiev y el de Green Boots para devolver el buenkharma a la montaña. Solo lograron alcanzar el de Arsentiev y seguramente el proyecto de Woodall tendrá lógica desde su prespectiva pero no deja de ser toda una temeridad poner la vida en riesgo para empujar un cadáver, amen de toda una hipocresía ya que pretende ocultar una realidad inherente a esa montaña, fruto en gran medida de su sobre-explotación comercial.

4 comentarios:

  1. Muy interesante tema. La verdad es que no soy gran conocedor de las muertes en el alpinismo pero este artículo ha despertado mi curiosidad. No está nada mal. Me ha llamado la atención una cosa: "empujar por la ladera el cadáver de Arsentiev". Buscando más información, lo que ocurrió fue que la dejaron cerca de donde Serguei yacía, no la despeñaron por la ladera. La intención de Woodall era enterrar a su amiga (en 1998 la encontró moribunda, estuvo con ella en sus últimos momentos de vida) y limpiar su memoria ya que le asqueaba que la considerasen un punto de referencia junto a "botas verdes". Un hermano de este último incluso contactó con él para ver si podía realizar la misma operación. Opino que la intención de Woodall no era ocultar nada, al revés, era un llamamiento a la cordura dentro del manicomio en el que se ha convertido el alpinismo y, a la vez, un acto de dignidad. Un saludo enorme. :)

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    1. Me contenta que le gustara el tema amigo... hay mucho mas... espero que siga visitando nuestro blog... gracias :)

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  2. Q macabro, qué insensibilidad, todo por el ego de decir: "pise la cumbre del Everest" q total estupidez

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