A principios de los 90, Sitges estrenaba un parque acuático de fantasía. Las risas de los niños, los grupos de amigos en los toboganes y los padres que se bronceaban en las tumbonas sólo duraron dos veranos. Abrumado por las deudas y la falta de sponsors, el Aquàtic dejó de ser un paraíso para convertirse en una leyenda urbana: se dice que un niño murió en sus instalaciones (la versión más gore cuenta que fue succionado por uno de los motores de la piscina de olas) Pero jamas se a corroborado esto asi que solo es una leyenda.
Más de 15 años después de cerrar las puertas, los toboganes y las atracciones de infarto siguen en pie, desafiando al tiempo. Las piscinas sin agua (o como mucho, la que se estanca de las lluvias) son presa de skaters y graffiteros. Unos se deslizan con las tablas y otros decoran las superficies lisas. La arquitectura fantasmal del Aquàtic sirve de fondo tanto para una esporádica editorial de moda (las modelos se cambiaban de ropa en las casetas abandonadas) como para un grupo de música que se ha hecho las fotos del libreto en el parque. Es la poética de los lugares abandonados.
Hace un par de años, la puerta principal del Aquàtic estaba abierta de par en par. Familias, skaters, adolescentes con sprays e incluso una banda de percusión (sus ensayos no molestaban ahí) podían cruzarse en un domingo cualquiera. Ahora permanece más o menos cerrado. Aunque todas las entradas están valladas siempre hay algún agujero por el que colarse. Lejos queda el pomposo proyecto bautizado como Parc de les Arts1: un complejo hotelero y cultural que iba a demoler el Aquàtic. Pero la crisis ha salvado, de momento, el más mítico de los lugares abandonados de Cataluña. En 2006, la sociedad mercantil Atri S.A. adquirió el antiguo parque y firmó un convenio urbanístico con el Ayuntamiento de Sitges para impulsar un nuevo concepto de resort turístico en esos terrenos. Según el plan que se aprobó, el Parc de les Arts1 contaría con un gran auditorio, un parking, un hotel, varias viviendas, jardines y plazas públicas. Todo en 13,7 hectáreas, en las que, además, se impulsarían viveros culturales.
En los 90, la mascota oficial del Aquàtic era un gracioso dinosaurio verde con gafas de sol (un diplodocus, concretamente). Todas las atracciones y servicios tenían el prefijo de dino: que si DinoKamikaze (un tortuoso tobogán doble), que si DinoPizza o DinoBurguer... Al caer la noche, el Aquàtic se convertía en discoteca: la Disco Paradís, que prometía «el mayor despliegue de medios en el mejor entorno del Mediterráneo», según uno de los flyers que aún quedan diseminados por el parque.
Tengo 27 años y recuerdo de pequeña cuando pasaba por delante en el coche y miraba ver la gente que se tiraba desde arriba por los toboganes y chillaban..........Me da nostalgia pensar en todo eso!!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarEl pasado domingo 13 de noviembre,habia una cursa ciclista en las costas del garraf y no nos dejaban pasar en coche,al dar la vuelta pase por delante..habia un grupo de gente dentro,lo que mas me sorprendio es ver unos cuantos coches aparcados dentro del parque!me preguntaria como narices entrarian,ya que a dia de hoy las puertas estan cerradas,pero aparte de eso no conozco ninguna otra entrada que no sea la principal...y tiene escaleras...jolines,si alguien que lea esto sepa algun dato que conteste!
ResponderEliminarLa gente y los coches aparcados son por que algunos domingos por la mañana aquatic sitges se convierte en un campo de airsoft.
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